top of page

Nuestro viejo rey

  • Foto del escritor: Isabel Sagala
    Isabel Sagala
  • 13 jul 2022
  • 1 Min. de lectura

Le incomodaba su estatus, la sal y la miel;

sumado a la culpa que perjudica su placer.

Decepción, miedo y fracaso, eran su reinado.

La corona; el poder: clavados en su piel,

a fuer de gran rey malvado, debía vencer.


Obtener conocimiento le permitió bien gobernar

y de su repugnante trabajo, gusto tomó.

Su forma de decapitar y torturar, era bella,

incluso así, no pudo reunirse con su par.

Desesperado, desolado, al amor pió.


Lento, constante. Delimitó un pequeño sel

donde dejó cariño, empeño; todo su ser.

Cuando quiso ser igual, no pudo ser él.

Cuando la vida lo negó, dijo: "Era aquel".

El tiempo lo olvidó, ya no lo podía ver.


"Hoy rey, ayer príncipe, mas no recuerdo quién era antier";

le preocupaba en las llamas del infierno arder.

Después de su muerte, creyó ser un argel

al ver hundido, profundo en el mar, su bajel.

"No habría pasado, si hubiera salido ayer".


Extrañaba la vida, la vez que probó un candiel,

gastar sus riquezas y mucho vino beber.

Tiempo después su rostro, fue tallado con cincel,

también pusieron sobre su lecho un gran clavel.

En el alma de su reino, siempre iba a caber.




 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Publicar: Blog2_Post

Formulario de suscripción

¡Gracias por tu mensaje!

©2022 por Isabel Sagala. Creada con Wix.com

bottom of page